¿Calificaciones o aprendizaje? ¿Memorizar o comprender? Cuál debería ser el enfoque de la educación?

Mucho se habla de nuevos métodos y paradigmas de enseñanza, de tecnología, de “preparar al estudiante para la vida” y del desarrollo de habilidades frente al simple manejo de información. Pero, ¿realmente cuánto de esto se pone en práctica en las instituciones educativas?

A continuación doy mi opinión basada en la experiencia que he tenido dando clases particulares. Lo primero que debe decirse es que tristemente se le da más importancia al prestigio de las instituciones que a las habilidades de la persona, esto sucede tanto para un egresado de una universidad buscando empleo como para un estudiante que salió de secundaria y que busca entrar a la universidad. Y por experiencia no siempre los colegios más prestigiosos o más caros son los que brindan una mejor educación.

He visto como colegios de renombre se enfocan más en la memorización de contenidos y en las calificaciones que en el aprendizaje y el avance que han tenido los estudiantes a lo largo del año, dándole más importancia a los resultados que a los procesos, razón por la cual muchos estudiantes se desmotivan y baja la matrícula universitaria.

Mi consejo para los padres es que enfoquen más en que sus hijos realmente aprendan lo visto en el colegio (¡e incluso más de ser posible!) y las buenas calificaciones vendrán por añadidura, ya que dependiendo de la institución donde se estudie y de la metodología del docente, un alumno puede salir con una excelente calificación en una asignatura y no saber tanto del tema. En lo particular, yo obtuve excelentes calificaciones en química cuando estaba en secundaria y realmente no sé nada de química.

Por otra parte también es notorio, por la forma en cómo está diseñado el sistema educativo, el desánimo que se fomenta entre los estudiantes hacia el colegio debido a que tienen dificultades sólo con una asignatura. He visto estudiantes muy desmotivados con todo el sistema educativo, ya que por tener dificultades frente a la matemática, por ejemplo, deben repetir todo un año escolar aunque sus habilidades en artes, literaturas y ciencias sociales sean extraordinarias.

“Todo el mundo es un genio. Pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil”

Entonces, ¿qué podemos hacer los docentes y los padres en caso de que veamos dificultades de aprendizaje en nuestros chicos?

  • Para los padres: Mostrar todo el apoyo y amor del mundo, confiar en que su hijo(a) sí lo logrará, ya que estando a su lado el(la) estudiante se sentirá en un ambiente de armonía que le dará la tranquilidad y confianza suficiente para enfocar su mente en los estudios. Está claro que el ambiente emocional afecta en gran manera el aprendizaje y el rendimiento de los chicos, así que usemos eso a nuestro favor.

  • Para los docentes: De igual manera considero que los docentes debemos mostrar apoyo y cariño, está comprobado que cuanto más amigables somos frente a nuestros estudiantes, más amigable se hace nuestra cátedra para ellos. Cabe aclarar, que no estoy hablando de que se pierda el respeto entre profesor y alumno, eso siempre debe estar presente, sino más bien de no ser tan ogros y amargados con ellos.

  • Para los profesores particulares: Debemos trabajar con amor y mucha paciencia, todos los chicos tienen necesidades diferentes y quizás a algunos les cueste más entender, pero si al final los estudiantes no logran una mejora, el error está en nosotros como docentes y en nuestras estrategias, no en ellos.
  • Para los docentes de aula: Mi consejo es que sean más humanistas, que miren el avance del estudiante a lo largo del año y su aprendizaje, ya que muchas veces por nervios, estrés o quizás por métodos de evaluación ineficaces, su aprendizaje no se corresponde con la calificación obtenida. Por favor colegas, debemos tener encuenta que hay que brindarle un ambiente de tranquilidad y confianza al estudiante en vez de crear terror psicológico con que nadie aprobará la materia.

Y por último, pero no menos importante:

  • Para el estudiante: Eres una persona valiosa y brillante. Por favor, recuerda siempre esto: Una nota o una calificación no te define. Un 5 o un título en la mejor universidad del país no te hace mejor persona, ni peor. Recuerda que tu valor está en tu ser, en tus principios, en tu actuar, no en tus logros académicos. No dejes que nadie te limite, lucha por tus sueños, pero sobre todo, lucha por tu felicidad y paz. No vale de nada ser un estudiante perfecto y estudiar una carrera sólo porque da prestigio o paga bien, busca tu vocación y lo demás vendrá por sí sólo. Y si todavía no te decides no te atormentes, hay personas graduadas de 30 años que aún no descubren su propósito. Explora tus habilidades y talentos. Disfruta el proceso. Todo a su tiempo.

Seamos padres o docentes, hagamos lo que hagamos, mantengamos siempre en mente la siguiente pregunta ¿Qué beneficio ganará mi hijo/mi alumno con la actitud que estoy teniendo? Recordemos que en la educación los protagonistas son ellos.