Mi anhelo como docente es que mis estudiantes puedan mirar las matemáticas desde una perspectiva distinta a la tradicional, en la que no se perciban únicamente como un conjunto de fórmulas o procedimientos mecánicos, sino como un lenguaje que permite comprender y explicar el mundo. Aspiro a que descubran cómo lo abstracto y lo concreto se entrelazan, de modo que los conceptos teóricos encuentren...
Mi anhelo como docente es que mis estudiantes puedan mirar las matemáticas desde una perspectiva distinta a la tradicional, en la que no se perciban únicamente como un conjunto de fórmulas o procedimientos mecánicos, sino como un lenguaje que permite comprender y explicar el mundo. Aspiro a que descubran cómo lo abstracto y lo concreto se entrelazan, de modo que los conceptos teóricos encuentren sentido en las experiencias cotidianas y, a la vez, esas experiencias prácticas se fortalezcan con el respaldo de la formalidad matemática. De esta manera, busco que cada estudiante pueda construir un conocimiento sólido, significativo y auténtico, que no solo sea útil para resolver problemas en el aula, sino también para desarrollar un pensamiento crítico y creativo que le sirva en su vida personal, académica y profesional. Considero que enseñar matemáticas no se trata únicamente de transmitir contenidos, sino de despertar la curiosidad y el interés por explorar más allá de lo evidente. Por eso, mi propósito es fomentar un aprendizaje en el que la lógica y la intuición se complementen, generando confianza en los estudiantes y motivándolos a enfrentar los desafíos con seguridad. En este camino, las matemáticas se convierten no solo en una herramienta académica, sino en una manera de comprender la realidad, de encontrar conexiones invisibles y de valorar la importancia del razonamiento en la toma de decisiones.
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