Conversaremos acerca de la belleza del trazo, uno que es delimitado por una idea, un esbozo o un diseño, nacido de nuestra imaginación, la riqueza del trazo puede apreciarse en los diversos estilos, materiales y soportes, y vemos un material especialmente desarrollado en más de una cultura, pero la que más simboliza este estilo y el empleo de este material la milenaria China, por ello conocido su nombre: tinta china.
Podemos desarrollar trazos, esbozos y bocetos, incluyendo dibujos muy elaborados y de una belleza en síntesis en algunos modelos y otros tan laboriosos como los desarrollados por los Artistas que utilizando tan solo una plumilla y el negro de la tina en toda su intensidad y la gran variedad que se adquiere a través de las aguadas y gradaciones con ayuda del agua, que fluye como elemento de agrisar la oscuridad de la tinta.
Podemos con la práctica constante de líneas y el manejo apropiado del estilógrafo y luego con más práctica de realizar trazos con una plumilla, necesario en este instante el conocimiento, práctica y dominio de la carga que tiene nuestra plumilla.
La belleza y riqueza del dibujo a la plumilla radica en lo espontaneo y lo diverso de sus trazos y cargas de color, la delicadeza de sus líneas yuxtapuestas y la carga emotiva del motivo de nuestro modelo a plasmar, sea este un rostro, una fruta, un velero soltado en el mar, o unas frutas, todo es válido como pretexto de replantear una visión propia de lo que es dibujar a través de la tinta y la magia de la pluma.
Gracias
Iris
