Lo siento, pero doy al alumno por perdido

"Lo siento, pero doy al alumno por perdido", "El alumno no va a ser capaz de aprobar", "No tiene la capacidad necesaria para poder sacar la asignatura".

No sé qué es lo que más me inquieta, si el hecho de que estas afirmaciones las hayan hecho, y las hagan a todas horas, profesoras y profesores o si saber con certeza que un derrotismo de tal magnitud se propaga como la peste y puede llegar a marcar a los alumnos.

Escribo todo esto como experiencia personal. Un profesor nunca, insisto nunca, puede dar por perdido a nadie, nunca puede tirar la toalla por ninguno de sus alumnos. Si un alumno, por el motivo que sea, va mal en clase, es responsabilidad del profesor investigar por qué e indagar el origen del problema con el fin de intentar solucionarlo. Esto se agrava si los alumnos son adolescentes, seres muy frágiles que no saben aún cuál es su papel en el mundo porque están madurando.

Ahora te hablo directamente a ti, profesor. Si ves que tu alumno no alcanza el nivel de la clase, que está perdido, que no se sitúa, que le cuesta y que desconecta de la clase, pregúntate por qué. Ve e interésate por ese alumno y, si hace falta, dedícale más tiempo y esfuerzo, pero no lo des por perdido. No le contagies el derrotismo, no permitas que una persona tan joven e en vías de desarrollo se impregne del pensamiento de que "no es capaz" o de que "es un caso perdido", porque crecerá con esa idea y cuando se de cuenta de lo mucho que vale y de lo mucho que podía haber dado de sí, será ya demasiado tarde y estará atrapado en un empleo sin futuro, completamente desencantado con el sistema educativo y no queriendo saber nada de lo relacionado con tu asignatura.

Yo personalmente como alumno he llegado a odiar cierta asignatura por la persona docente que la impartía. Persona que no solo no facilitaba el aprendizaje sino que no hacía más que poner piedras en el camino de los alumnos.

Profesores sin vocación, desencantados con el mundo y que se han agarrado a su plaza como un gato a las cortinas, por favor os lo pido, la nuestra es una profesión que decidirá el futuro no solo de los alumnos, sino el futuro de las nuevas generaciones y los valores que queremos, o pretendemos, transmitir. ¡Sed consecuentes!

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